miércoles, 7 de diciembre de 2016

Cincuenta veces


              He suspendido lengua.
           Se me olvidaron las tildes de «espárrago», «había», «camión», «lápiz», «música» «mágico y «fútbol». La seño me ha puesto en el cuaderno de casa que escriba cincuenta veces cada palabra.

          Un niño me preguntó que si yo no lloraba cuando me suspendían. Y le dije: «¿Si lloro me aprueban? No ¿verdad? Pues entonces voy a escribir las palabras cincuenta veces y ya está».
        En casa, cuando iba por la que ponía «música» pensé: si lloro ahora no me ahorro escribir las otras, porque la seño no me ve. Entonces hice una paradita, me fui a la cocina, busqué el tarro de las chuches y me comí tres gominolas. Pero no me pude lavar los dientes porque no me daba tiempo a terminar las otras palabras.
  

       Como la seño se equivoque otro día y, en vez de Aroa, me llame Emma, le voy a decir que ella también copie mi nombre cincuenta veces en el cuaderno, para que vea lo que duele la mano de tanto escribir, que luego no puedo ni coger a mi hamster.

Del libro: "Tesoros y el mundo de Aroa" 
Mercedes Alfaya

2 comentarios:

Mar Cano Montil dijo...

Qué bonita es Aroa, Merce! 💐🐬💪💖

Paseo por las nubes dijo...

Gracias, Mar. Sí que lo es, por dentro y por fuera. Una niña muy despierta.
Besos con estrella en el horizonte.