jueves, 20 de octubre de 2011

Si yo fuera Dios...

Foto: Mercedes Alfaya



Desde luego, si yo fuera Dios, igual perdonaría a mis hijos todas aquellas acciones que, por su condición humana (finita e imperfecta), acarrean unas consecuencias nefastas para el resto de sus congéneres. Entre los terrícolas, incluso, se justifican muchas negligencias con la socorrida frase: “Es que somos humanos”. Pues sí, la verdad es que hay acciones condenables; villanos, ladrones, criminales, corruptos…; personas que igual han tenido una infancia atroz, otros crecieron entre basura, algunos con enfermedades patológicas, otros malvados de condición… En fin, que Dios sabrá el verdadero motivo que esconde cada cual en cada una de sus fechorías. “Que el Cielo los Juzgue”…
Ahora bien, si yo fuera Dios, lo que no iba a perdonar, ni a juzgar, ni a considerar, ni siquiera aceptaría un atenuante (ya sea enajenación mental declarada o transitoria; circunstancias extremas; debilidad humana…) es todo aquello que tiene que ver con el daño a los niños.

Si yo fuera Dios, todo aquel que atentara contra esas criaturas indefensas que necesitan de la guía y cuidado de los adultos, como son los niños (ya sé que también están los ancianos y los impedidos, pero ése sería otro capítulo); repito: Si yo fuera Dios, que sepan que: "Todo aquel que ose atentar contra los niños, e imprimirles un daño -físico o psíquico-, que tenga la absoluta certeza de que, sin apelación posible, sin piedad, sin juicio ni defensa, con todo el peso de la Ley Suprema y el Poder Divino, arderá entre las lenguas de los infiernos, rodeado de las más despiadadas torturas y el más horrendo suplicio".


Y como dicen que Dios se manifiesta como y donde quiere, aquí dejo mi sentencia, ratificada y sellada, sin una hebra de apelación o enmienda, por los siglos de los siglos. Amén.

10 comentarios:

Celia Álvarez Fresno dijo...

Amén. También digo yo, a la par que entono la misma letanía que tú.
Un beso.

Mar Cano Montil dijo...

Amén...

Permíteme, Merce, añadir algo que, por supuesto, no pretende eclipsar de ninguna manera la atrocidad que supone hacer daño a los más pequeños, a nuestros ángeles que crecen entre un mundo que se desmorona de pura inconsciencia...

Yo añadiría a otros ángeles, casi siempre olvidados, nuestros Hermanos pequeños, los Animales, nuestros Amigos del Alma que son torturados, masacrados y diezmados sin ninguna clase de misericordia y sin entender ni un ápice por qué Dios los puso a nuestro lado...

Y permíteme, que te deje aquí algo que escribí en la introducción de un cuento:

"Y en un principio todo era caos, oscuridad.
En el alfa, el vacío.

Y Dios creó las Plantas,
Y ellas nos regalaron Árboles, Arbustos, Flores y Frutos…
Nos ofrecieron sus cultivos para alimentar nuestros cuerpos,
nos donaron su sabiduría para sanar nuestras Almas y
nos trasmitieron toda su belleza para cultivar nuestros Espíritus...

Y Dios creó a los Animales,
Y Ellos nos donaron su compañía y
nos entregaron su Amor Incondicional a cambio del maltrato y la tortura...
Se ofrecieron en sacrificio algunas especies
para alimentar nuestros cuerpos;
nos regalaron su mirada
para sanar nuestras Almas y
nos concedieron su eterna compañía,
para cultivar nuestros espíritus


Y las Plantas y los Animales sí estaban cerca de Dios…

Y las Plantas y los Animales eran Sol, Tierra, Agua y Aire,
Eran Uno con Dios,
Lo llenaron todo
Y el vacío se hizo Vergel (…)"


Mar Solana

Un beso de oración...

Ardilla Roja dijo...

Así sea por los siglos de los siglos.


Pienso igual que tú, Merce.

Quien daña a un niño no tiene disculpa. Un niño es como el agua de un manantial, contaminada puede desinfectarse; será transparente y potable; pero su pureza se habrá destruído para siempre.

Un abrazo.

Paseo por las nubes dijo...

Gracias, Celia. Sé que con respecto a algunos temas, pensamos igual.
Muchos besos.

Mar:
Tu escrito es todo un poema, un canto a la Belleza, y un compromiso para con esas criaturas que nos rodean con su naturalidad, su candor y su pureza. Cierto que hay que tenerlos muy en cuenta.
Yo elegí los niños porque son criaturas que Dios puso especialmente a nuestro cuidado. pero claro que el resto de vida sobre la Tierra debería respetarse y cuidarse de la misma forma.

Muchos besos.

Paseo por las nubes dijo...

Ardi, lo has expresado muy bien. La pureza de los niños... Sin olvidar que serán los adultos del mañana y que de la forma en la que los cuidemos y tratemos ellos se desenvolverán luego con los demás.
Nuestra responsabilidad es educarlos, pero sobre todo CUIDARLOS.
Muchos besos.

Amanda dijo...

Creo si hay alguien capaz de perdonar eso, sólo puede ser Dios.

Yo, tampoco podría.

Un beso,Mercé.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Coincido en un 100%

Un abrazo.

Amanda dijo...

Mercé, me lo he pasado pipa en el mundo de Aroa.Seguiré leyéndolo en mis ratos libres.Me parece genial.
Creo que nos hemos hecho amigas :)


Un abrazo.

Paseo por las nubes dijo...

Amanda, que lo disfrutes.
Besos de casi lunes.

Neo, gracias.

Raul Rentero dijo...

No añado nada más
lo firmo y ratifico
un saludo
RAUL